Camuflado entre los innumerables cactus del porche y la llovizna, visible, se hizo invisible. Parecía una quieta hoja mustia. El perro pasó a su lado sin inmutarse, creyéndolo otro cactus más, ¡Pedazo sapo con olor a cactus!
Camuflado entre los innumerables cactus del porche y la llovizna, visible, se hizo invisible. Parecía una quieta hoja mustia. El perro pasó a su lado sin inmutarse, creyéndolo otro cactus más, ¡Pedazo sapo con olor a cactus!
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