Enséñame primavera,
a suavizar, de la garganta, el grito
y camuflar la pena...
a perfumar el aire de paz,
que la respiración no duela.
A sembrar semillas en el alma,
dejarlas germinar letras
y que esas metáforas
resuciten las ganas muertas.
A pintar de color verde
las hojas secas,
rociar de besos la sangre rota
y apapachar la mente vieja.
¡Restaura la calma!
¡Teje ritmo en las flores de mis venas!
¡Abrázame fuerte!
¡No te detengas, vuela!
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