Con el cuerpo dolorido,
abrazó con fuerza
su alma adolorida,
en un nuevo intento
por encontrar calma.
El espíritu despertó,
desplegó luz,
incendió una fragua
de paz y esperanza.
La semilla respondió
gestando clorofila para las ramas,
arco iris de flores
y nebari de raíces…
desde la profundidad del agua.
Comentarios
Publicar un comentario