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DE IRONÍA EN IRONÍA

 Estoy en plena década de los cincuenta 

y no puedo bailar el charlestón. 

¿De qué me sirve un lindo vestido escotado 

si no tengo tetas?

Tacones de Christian Dior en oferta… 

¿ a juego con el bolso de Agatha Ruiz de la Prada… 

y el bastón?


Bailo atrapada en ironías,

inmersa en su rueca, 

rueda que me pisa los pies.


Solo el lápiz, 

el papel,

una buena lectura 

y el corazón puro de la poesía…

me salvan.


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MALDITA CUNA, CAMA BENDITA

  En la cama no duermo, rezo. Le pido que abrace el cuerpo, entienda el dolor, alimente el espíritu y escuche los miedos; que los transforme y los amase en un pan de pueblo de miga blanca, recia, alegre, juguetona… una miga tierna y agradable al paladar, capaz de apapachar el estómago y el alma.  —¡Arropa mi frío! —le grito. Me regala silencio, soledad, paz…Me inyecta calma  y el chute de adrenalina justo y preciso.  También es una bruja que me hace cosquillas para robarme las horas, pero igualmente la quiero.

BELLEZA INTERIOR

  Los ojos del alma ven lo invisible:  Lo divino. La esencia. El espíritu.  El oído interno escucha lo inaudible:  Lo emergido. Lo sumergido. La frecuencia.  El olfato oculto huele lo imperceptible:  Lo enterrado. Lo fosilizado. Lo amordazado. El gusto escondido degusta lo increíble:  La nostalgia. La anestesia. La hipogeusia.  El tacto sumergido siente lo imposible:  La presencia. La ausencia. Lo infinito.