Ir al contenido principal

ENFERMEDAD

 No podemos quedarnos atrapados en el pasado. Es de imbéciles. De él, solo debemos quedarnos con los bellos recuerdos y aprender lo máximo de los errores acumulados.

El futuro es tan incierto, que los planes que hagas se pueden volatilizar en cualquier minuto. Es una tontería quebrarse la cabeza pensando en él, ni planificar nada… Nada sale conforme a tu ilusión y todo termina de golpe. Nadie te avisa. Tu mundo cambia en una micro milésima de segundo y te quedas atrapado en la nueva circunstancia, ya sea temporal o para siempre. Tal vez para nunca.


Estamos para vivir: 

el sonido del agua de un arroyo,

el trino de un pajarillo,

la belleza de la puesta de sol,

la alegría del lindo amanecer,

la suerte de respirar un nuevo día,

el regalo de un sueño reparador,

la dulzura de abrazar un bebé 

mientras contemplas su inocente sonrisa,

la tranquilidad del alma,

la conexión del sentimiento recíproco, 

la alegría de poder dar gracias cada mañana 

y ayudar a los que te acompañan en el camino.


En definitiva disfrutar del momento y el instante. 

Ahí es donde está la felicidad verdadera, 

tan escondida como a la vista.


Comentarios

Entradas populares de este blog

YA NO ES UN SECRETO

  Tengo un secreto,  uno que hierve y quema la sangre,  a pesar de las curvas,  a pesar de los baches,  a pesar de los descarrilamientos y de los accidentes anormales… Amo estar viva,  amo respirar suave,  amo la vida  en todas sus fases.

BELLEZA INTERIOR

  Los ojos del alma ven lo invisible:  Lo divino. La esencia. El espíritu.  El oído interno escucha lo inaudible:  Lo emergido. Lo sumergido. La frecuencia.  El olfato oculto huele lo imperceptible:  Lo enterrado. Lo fosilizado. Lo amordazado. El gusto escondido degusta lo increíble:  La nostalgia. La anestesia. La hipogeusia.  El tacto sumergido siente lo imposible:  La presencia. La ausencia. Lo infinito. 

UN ÁTICO EN LA LUNA

  La inquilina de la luna, en las calurosas noches del estío veraniego, cuelga de una de las puntas el bañador y la toalla. Se asoma al precipicio, usa como trampolín su pico y desnuda como ella, se lanza a la embravecida sal naturista salpicando los volantes de espuma de la piel del mar. La blancura de las tres desnudeces destilan brillo y pureza. Durante el chapoteo, el espíritu de las estrellas desciende, toca y bendice su loca alma, con luz de espejos rotos. Las poros resuman paz, los finos vellos reverberan calma,  el efluvio mudo…  muda cantos de esperanza,  con tono de lira griega  rasga notas en el pentagrama.  Dos almas danzan sordas  y una canta brava: "Salvación y sanación grata" Bien adentro de la noche,  rozando la madrugada del alba,  recojo el testigo que me transforma  de inquilina en amiga de la Dama.