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A MAMÁ TIERRA

 Madre tierra, 

enfermera,

enfermedad 

y medicina.

Seamos curanderos 

de su herida, 

sólo así sanaremos 

nuestro cáncer dormido, 

ahora despierto. 


Su reloj de arena 

no tiene quien le dé la vuelta. 

Ha entrado en parada cardiorrespiratoria. 

Insuflemos aire a Madre Tierra.

 ¡Necesita oxígeno!


El oxígeno intubado 

curó mi pulmón enfermo. 

Seamos tubo en su garganta, 

oxígeno en su pulmón,

cigoto en su vientre… 

y como buenos cómplices, 

abracemos a la pachamama.

Inhalemos.

Exhalemos.

Respiremos…con ella.


Las lágrimas conmueven,

pero no curan la naturaleza, 

reblandecen la herida , 

menos dosis saladas 

y más metaforacrormina.

Menos ¡ay que pena! 

más reciclaje, 

más replantación, 

más ayuda, 

más voluntarios y no voluntarios, 

salvando el planeta.


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YA NO ES UN SECRETO

  Tengo un secreto,  uno que hierve y quema la sangre,  a pesar de las curvas,  a pesar de los baches,  a pesar de los descarrilamientos y de los accidentes anormales… Amo estar viva,  amo respirar suave,  amo la vida  en todas sus fases.

MALDITA CUNA, CAMA BENDITA

  En la cama no duermo, rezo. Le pido que abrace el cuerpo, entienda el dolor, alimente el espíritu y escuche los miedos; que los transforme y los amase en un pan de pueblo de miga blanca, recia, alegre, juguetona… una miga tierna y agradable al paladar, capaz de apapachar el estómago y el alma.  —¡Arropa mi frío! —le grito. Me regala silencio, soledad, paz…Me inyecta calma  y el chute de adrenalina justo y preciso.  También es una bruja que me hace cosquillas para robarme las horas, pero igualmente la quiero.

BELLEZA INTERIOR

  Los ojos del alma ven lo invisible:  Lo divino. La esencia. El espíritu.  El oído interno escucha lo inaudible:  Lo emergido. Lo sumergido. La frecuencia.  El olfato oculto huele lo imperceptible:  Lo enterrado. Lo fosilizado. Lo amordazado. El gusto escondido degusta lo increíble:  La nostalgia. La anestesia. La hipogeusia.  El tacto sumergido siente lo imposible:  La presencia. La ausencia. Lo infinito.