El Dolor va y viene.
Llega y se larga.
Se encoge y se estira.
Revolotea y se empadrona.
Te pellizca y se esconde.
Se empodera y te agarra.
Se burla, se ríe y se jacta.
Así que no te encapriches con él,
aunque se afane por quedarse contigo…
dale largas.
Desáhucialo.
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