Relatos y Susurros

  Voy a decirle a mi alma  que no salga esta noche, este ocaso toca  fiesta de pijamas  en la cama de la resiliencia.  Voy a decirle que   cante con Miss Sangre,  baile con Madame Clorofila,  abrace a Don Miedo  y, al alba, despierte  con Doña Medicina.  Que duerma sin miedo y tranquila  que sueñe con la cura  de la medicina  sin medicina. 

  ¿De qué color se viste el dolor camuflado por las esquinas? Cuando se agiganta, rompe hasta el grito  de la garganta. Conocedores de su aguijón,  no entendeis su razón   y soportáis la guillotina... ¡Respirad hondo  y superad la inquina! No aceptéis sus requiebros.

  Su melodía  penetra tu mente, te envuelve,  se mezcla, se entrelaza, se enreda en tu pelo,  se esconde, se duerme…  te duerme,  te despierta,  te adormece  y con los ojos abiertos  te sacude dulce y fuerte,  te acaricia,  te abraza, te protege. Te conecta. 

  Nuestra historia anduvo pérdida.  Lloraba y lloraba.  No se encontraba.  Un día, inmersa en su tormenta,  la alcanzó un rayo y la partió en dos.  Entonces, nos miramos fijamente  y nos reconocimos.  Nos perdonamos. ¡Por fin nos encontramos! ¡Por fin te encontré!

  Tuve que perder muchas batallas,  contra todos,  contra nadie,   contra el mundo,  contra mi misma… para, al final,  volverme a encontrar.  Jamás antes  me había echado en falta,  con lo que hoy me necesito.  No sabía cuánto me quería.