Enfermedad: Don Gen Clorofila brota de la tierra, sube por la raíz, trepa al tallo…, y de repente, ¡seca la savia y mata las flores! ¡Maldito gen de alfileres que sangras la clorofila del hermoso cuerpo! ¿Acaso no tienes otro entretenimiento?
Pulso a las secuelas La débil mano derecha abraza a la izquierda. —Gracias hermana por masajear mis doloridos dedos. —Ya me devolverás el favor, recupera pronto la adolorida sensibilidad muerta, tenemos que echarle un pulso a la enfermedad con soltura y entereza.
Ni yo estoy hecha a tu medida, ni tu a la mía… Nos medimos juntos y vemos en que coincidimos. Podemos caminar juntos, caminamos. No coincidimos en nada, cada uno por su lado. Cada uno bailamos nuestros zapatos. Nos vemos por la calle, nos saludamos, no nos vemos, sin rencores salados.
Un beso de luna… un beso de agua… un beso de hierba… un beso de cristal… un beso de nube… un beso de niebla… ¡Se marchan! Regresan disfrazados… de granizo, de escarcha, de carama, de ósculo caliente en la fría nalga, de ósculo helado en la febril nalga, de calambre roto sin orgasmo, de punzada en el bajo vientre, de dentellada dentada que se confunde y se transforma bajo la resaca de diciembre.