Calma,
brinda tus manos al tiempo
para moldear al unísono la cura,
junto a sus manecillas.
Trabaja la calma,
calma el silencio y en silencio,
planta tu jardín interno.
Regocijate viéndolo crecer.
Siente como por los axones
descienden y crecen las raíces
y por las neuronas
trepa la clorofila.
Aspira el aroma
de las primeras orquídeas del alma.
Nota su latido invisible,
en el latido oculto del oído.
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