Si te hace falta gritar, grita. Si te hace falta morder, muerde. Saca los demonios al aire, déjalos a la intemperie, que se enfríen, que se congelen, que se les caigan los dientes. No siempre tienes que ser educada, ni la más fuerte. Aparentar estar bien, no está tan bien, si en realidad no lo estás. No hace falta que los demás te vean perfecta, tú tienes que verte perfecta… y no te sientas culpable, pues es imposible la perfección. Date permiso para… sentirte mal, llorar por lo que, para otros, son tonterías, gritar porque te duele la cabeza de tanta incomprensión. Piensa que si sientes culpabilidad es porque dentro de ti hay un enorme corazón increíblemente bueno. Reconocete como buena persona, ya es hora, que el tiempo corre y no hay minutos, casi ni segundos… no los desperdicies.