El agua, opaca de veneno, no detiene sus pasos, camina y camina. Todos beben. Mueren. El oxígeno se viste de anhídrido… El animal su tiempo termina… La música detiene sus notas en fuego mortuorio, quimioterapia necesita… amortaja a sus hijos, calla, reza y suplica… La albina clorofila duerme esperando la vida, soñando un traje verde, espirando la eternidad dormida … mientras el sol se ahoga y la luz, con negrura, castiga. Y el humano…, ¡ay del humano!, en completa ceguera, su inteligencia asesina.