Luz de karma que refulge con prudencia, a ras de suelo alumbra el duelo en un halo de consuelo, y amable, enciende la inteligencia… A ras de suelo, feliz, entro en tormentas que lavan mis tormentos. Regalo risas y abrazos, agradezco momentos, riego mi semilla, cosecho frutos bellos, levito en armonía con el espíritu, disfruto de su juego y enseñanza. Dulce garrapiña para el alma. A ras de suelo aprendo de nuevo el majestuoso vuelo, con alas tejidas en besos, caricias y esfuerzo. A ras de suelo el silencio emprendo hacia el maestro… interior de paz y afectos. Gasolina del cuerpo, mente y tiempo. Golosina dulce de membrillo y queso.