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Mostrando entradas de abril, 2022

El pulmón de la encina

 S iempre igual: La encina de  mi pueblo amarillea.  ¡Será el agua  que envenena sus raíces! ¡Culpables los minerales que encenizan tumores! ¡Traidor el oxígeno que encharca sus pulmones con polución! ¡Verdugo el sol que guillotina sus células del color! Con la encina nos enterramos todos,  su ataúd de madera enferma sepultará a la humanidad   que finge su ceguera con comodona frivolidad… ...y ya lo sé, tú no tienes la culpa,  la culpa es mía y del… chá, chá, chá. ¡Qué fácilmente se despoja el humano de la culpabilidad! ¡Qué traje tan liviano para desvestirse!

Oxigeno, hijo mío

  Oxígeno se asfixia. -Parada Cardio Respiratoria -Reanimación Cardio Pulmonar -Intubación -Infección pulmonar -Traqueotomía -Antibiótico  -No mejora -Aerosoles -No mejora  –¡Oxígeno! ¡Oxígeno! –¡OXÍÍÍÍGENO! Demasiado tarde, Madre Tierra no levanta cabeza, necesita respirar a su hijo.

Enmarañado

  Amanece tormenta en el cerebro.  La niebla ha enmarañado  las neuronas de la estancia.  De un momento a otro,  el globo de mi cabeza va a estallar, por la presión,... ¿atmosférica? Tras varios días,   el globo se desinfla. Nada es eterno,  hasta las ganas de vivir  se quiebran en el camino,  tornándose a ratos huracán,  a ratos remolinos.   La vida sigue avanzando, de la mano… de la muerte.

Sin calma

  El odio pulula en círculo  por la estancia del cerebro,  muerde neuronas, agiganta latidos,  aplasta besos… con lengua ácida  corroe huesos,  rompe silencios, los agranda, revienta el brazo de hierro  tan importante  para sostener el esqueleto… Polilla que roe la calma,  explota en venganza  y mata el espíritu interno. ¡Veneno maldito!  ¡Maldito ego!