Relatos y Susurros

  Rotura física, invisible,  que estás dormida en los brazos  y sigues sin despertar  en las manos… ¡Todavía no he perdido  la esperanza de encontrarte! Te espero, con los ojos abiertos,  entre mis dedos. Ven. Acércate. No huyas. ¡Te quiero! Ven limpia. Sana. Curada. Restaurada.  Pura. Inmaculada.Impoluta

  Tiene un corazón anciano y un cuerpo viejo, pero el espíritu joven  y el alma naciendo.  Desde la silla sonríe  mirando al cielo. Sus invisibles alas planean  un arcoíris que no veo, sus ojos de unicornio se encienden  y los míos, se contagian de su fuego. Todo queda escrito en su rostro, no hay más que pararse a leerlo.

  La noche no es tan negra. Es luz que viaja en tus alas de mariposa .  ¿No tienes alas? ¿Estás seguro? Hazte una crisálida de seda. ¿Ves qué hermosas te sonríen? ¿Y cómo vuelan? ¡No! ¡No! ¡Detente! ¡No las amputes!

  En la cama no duermo, rezo. Le pido que abrace el cuerpo, entienda el dolor, alimente el espíritu y escuche los miedos; que los transforme y los amase en un pan de pueblo de miga blanca, recia, alegre, juguetona… una miga tierna y agradable al paladar, capaz de apapachar el estómago y el alma.  —¡Arropa mi frío! —le grito. Me regala silencio, soledad, paz…Me inyecta calma  y el chute de adrenalina justo y preciso.  También es una bruja que me hace cosquillas para robarme las horas, pero igualmente la quiero.

  En esta noche azabache, llueve negro tormenta.  El conticinio huye aterrorizado  por los espeluznantes truenos  y quizás, solo quizás,  no sea tan devastadora como parece  y con un pequeño rayito de luz…,  nazca un bello arcoiris.  Voy a encender una estrellita  de la cola del relámpago.