Es de cal viva, es de arena muerta. Entre cal y cal la arena resucita, entre arena y arena la cal fenece, entre cal y arena… se echa una siesta. Al despertar, nada en ELLA despierta.
En el espejo del mar, la luna. En el agua del espejo, la luna. En el charco de agua, la luna. En el charco de barro, no hay luna. Hay tierra… y entre barro y barro un vaso de cieno. Si el río se enturbia, el mar es un vaso de chocolate y la luna un dulce de lodo… se sienta en su orilla, y muy triste, llora, hasta lavar su arena.
–Pareces un pato mareado. ¡A ver cuándo das una zancada y echas de una vez a correr! "Más bien echaría a resbalar de un traspiés", piensa mi mente sin decir nada, sin sentir nada, sin notar nada... notando embotados los pies, empotrados. ( mis neuronas embobadas, guardan la imposibilidad y el anhelo con la no sensibilidad profunda)