Ve preparando tu mortaja,
aunque creas que sigues vivo,
te equivocas, has muerto.
Aunque escuches latidos
en tu pecho,
no son tuyos,
no brincan con alegría
y su color grisón
le quita efervescencia al rojo vivo.
El arcoíris se apaga,
los besos se esconden,
la emoción se evapora…
Tienes alas para no volar.
¿No te das cuenta del crimen
que cometes contra ti mismo?
¡¿A qué esperas?!
¡Levántate!
Respira, hincha
los pulmones de valor
y lánzate al abismo,
olvida el vértigo
y planea las alturas.
Consta de tres partes. Tercera parte.
Comentarios
Publicar un comentario