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Mostrando entradas de septiembre, 2024

UN ÁTICO EN LA LUNA

  La inquilina de la luna, en las calurosas noches del estío veraniego, cuelga de una de las puntas el bañador y la toalla. Se asoma al precipicio, usa como trampolín su pico y desnuda como ella, se lanza a la embravecida sal naturista salpicando los volantes de espuma de la piel del mar. La blancura de las tres desnudeces destilan brillo y pureza. Durante el chapoteo, el espíritu de las estrellas desciende, toca y bendice su loca alma, con luz de espejos rotos. Las poros resuman paz, los finos vellos reverberan calma,  el efluvio mudo…  muda cantos de esperanza,  con tono de lira griega  rasga notas en el pentagrama.  Dos almas danzan sordas  y una canta brava: "Salvación y sanación grata" Bien adentro de la noche,  rozando la madrugada del alba,  recojo el testigo que me transforma  de inquilina en amiga de la Dama.

BELLEZA INTERIOR

  Los ojos del alma ven lo invisible:  Lo divino. La esencia. El espíritu.  El oído interno escucha lo inaudible:  Lo emergido. Lo sumergido. La frecuencia.  El olfato oculto huele lo imperceptible:  Lo enterrado. Lo fosilizado. Lo amordazado. El gusto escondido degusta lo increíble:  La nostalgia. La anestesia. La hipogeusia.  El tacto sumergido siente lo imposible:  La presencia. La ausencia. Lo infinito. 

RIZO DE ALAMBRE MOJADO

  Ese tacto entre suave y tieso,  algo raro, diferente y sieso...  medio agradable en la mano  y en su hueco...  medio doliente en el cerebro…   ¿ Merece una caricia o un beso?  ¡Recibe un monumento  de masajes traviesos! Multitud de dedos  amasando suave y lento, removiendo,  rememorando el deseo. Tacto casado,  pacto de dedos entrelazados  con hilos de alambres rizados. Rizos de alambres mojados.

CONTICINIO

  —Me acabo de enamorar —¡¿ Ah sí, y quién es el afortunado?! —Don Conticinio.  —¡Qué nombre más feo! CONTICINIO: Hora de la noche en que todo está  en absoluto silencio.